> MIRADAS
Sostener lo que cuesta mirar
por Solange Bendinelli
Buenos Aires, Argentina, agosto de 2025
Hace unos días fui invitada al Hospital de Clínicas para compartir la herramienta fotográfica con el Equipo de Cuidados Paliativos. Llegué una hora y media antes de lo acordado. Afuera, el frío porteño cortaba la cara, así que aproveché para hacer lo que más disfruto: un café con medialunas y algunas fotos a la arquitectura de la ciudad.
A la hora señalada subí al noveno piso de ese enorme hospital y me encontré con un grupo de doce mujeres que, día tras día, cuidan y acompañan a personas en el final de la vida. Médicas, psicólogas, counselors, enfermeras, terapistas, voluntarias.

Desde 2017 fotografío los congresos de Cuidados Paliativos en Argentina. Con ellos viajé a Bariloche, Salta, Córdoba, Tandil y, pronto, a San Luis. Observar, convivir y aprender de los “paliativistas” me cambió la forma de mirar la vida. Escucharlos, conocer sus desafíos e historias, me enseñó a mirarlos con la sensibilidad y la presencia que merecen. Y fue una sorpresa descubrir cuánto disfrutan ellos mismos de ser mirados y verse reflejados en las imágenes.
Por eso, cuando Miriam —compañera de eternos mates en esos viajes y parte del equipo del Clínicas— me invitó a regalarle algo a sus colegas, dije que sí sin pensarlo. Tenía claro de qué quería hablarles: de lo terapéutico en el uso de la fotografía, de cómo esa herramienta —hoy tan accesible— puede acompañarnos a nosotros mismos, a los pacientes, a sus familias y a los colegas. Porque todo cuidado empieza con una mirada.
En el ámbito de la salud, mirar suele ser un acto técnico: se mira para diagnosticar, para intervenir, para decidir. Pero en el territorio de los cuidados paliativos, donde no todo se puede resolver, surge la necesidad de otra mirada: más lenta, más abierta, más humana.
Por eso decidí compartirles el trabajo íntimo y potente de José Bravo, fotógrafo y psicólogo español, amigo querido, que hace pocos meses acompañó el final de la vida de su padre a través de su cámara. Sus imágenes —auténticas, conmovedoras, llenas de belleza y dolor— estaban acompañadas por breves frases. Les propuse mirarlas despacio, con silencios, para que cada una pudiera sentirlas en su propio tiempo. Después, conversamos: cómo resonaban en nosotras, qué preguntas abrían, qué memorias traían.

Las imágenes, descubrimos, ayudan a hablar. Conectan, refuerzan memorias, dejan huellas. Durante más de una hora compartimos experiencias, miradas, maneras de aportar belleza y atención en contextos donde mirar puede doler.
Una fotografía puede contener, sostener, acompañar procesos emocionales profundos. Puede abrir una pausa en la que mirar no signifique analizar, sino sentir. Entonces, la cámara se convierte en una herramienta de cuidado. En contextos de salud, donde el hacer lo ocupa todo, la imagen nos recuerda al ser.
Al final de la jornada, les compartí también un libro que había llevado de mi biblioteca: The Mirror Chair Project, del fotógrafo Agus Prats, amigo que conocí en Barcelona durante unas jornadas de Fotografía Terapéutica. En él, Agus reúne autorretratos tomados con una cámara adherida a su silla de ruedas, retratando las calles de la ciudad donde años atrás sufrió una agresión que le provocó la pérdida de su movilidad. “De todo ese sufrimiento, salía una memoria gráfica palpable, física, que reforzaba la sensación de haberlo expulsado. Me liberaba mentalmente.” Con él aprendí todo lo que una cámara puede devolvernos.
«¿Qué lugar tiene la imagen (o la mirada) en la manera que tenemos de cuidar? ¿Qué pasaría si por un momento nos atreviéramos a mirar de otra forma?
A mirar no solo lo que es, sino lo que puede ser revelado.»

Al irme del Clínicas sentí que todo lo aprendido y recorrido cobraba sentido. Creer en algo, haberlo practicado durante años y poder compartirlo para el bienestar de otros seres humanos es, en esta etapa de mi vida, uno de los propósitos más valiosos que he encontrado.
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Estuve en la charla en el Clínicas y fue realmente una experiencia increíble. Descubrir que no estamos equivocados en la manera de mirar y descubrir a su vez una nueva mirada.Sali buscando escenas, colores, caras…. Y te vas dando cuenta que las encontras en cada paso