MIRADAS

1ª Escuela Internacional de Verano del Foro Iberoamericano de Espiritualidad en Clínica

por Gonzalo Sánchez Velazco en Burgos, España

Octubre de 2024

Guiado por la intuición y confiando en la oportunidad que se presentaba, el 26 de agosto pasado pisé por primera vez España para participar de la 1ª Escuela Internacional de Verano del Foro Iberoamericano de Espiritualidad en Clínica (FIEC), que se desarrolló del 27 al 31 de agosto pasado y reunió a veinticinco profesionales, de siete países, referentes en Cuidados Paliativos y otras áreas de la Salud en las que se expresa (y, por tanto, se busca acompañar) el Sufrimiento.

Me tomé el metro hasta el departamento donde me reuniría con los demás argentinos participantes. Encontrarme con Flor (Galeazzi, colega argentina y parte del equipo coordinador del Foro), Eugenia (Gaspary, también colega, de Rosario), Laura (Acuña, enfermera de Buenos Aires), Hugo (Fornells, reconocido paliativista de nuestro país) y Marce (Specos, también argentina, radicada en Nueva York y directora, junto a Enric Benito, del FIEC y las actividades que llevamos a cabo) fue la antesala de lo que se vendría: unos días hermosos de encuentro, aprendizaje y, sobre todo, vivencias compartidas. Me recibieron con la calidez que conozco de ellos, me pasearon un poco y empezamos a compartir, ya “en carne y hueso”, la alegría que nos daba este momento. Esa noche, ya con la compañía de Laura Ramos (Uruguay), Paula Ossandon (Chile) y Susy Cortés (Alicante, España) cenamos y ultimamos detalles para, al día siguiente, emprender viaje hacia Castrojeriz, en Burgos, donde se llevaría a cabo la Escuela de Verano junto a colegas de Portugal, Costa Rica y Colombia también. Allí nos esperaba el equipo coordinador (Flor Galeazzi, Marcela Specos y el Dr. Enric Benito) para darnos la bienvenida.

Esta 1ª Escuela Internacional de Verano fue organizada por el mencionado FIEC gracias al apoyo de la Fundación Pía Aguirreche, la Fundación Dignia y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL). 

Participaron de este encuentro, también, el Presidente de la Fundación Pía Aguirreche, José Galíndez, y su directora, Sofia Vallejo; la exdirectora del Instituto Borja de Bioética y actual directora del Área de Medicina de la Universidad Ramón Llull, Dra. Montse Esquerda; y la presidenta de la SECPAL, Dra. Elia Martínez Moreno. 

En una atmósfera idílica, con instalaciones bellísimas y una gastronomía que completaba la experiencia, transcurrieron los cinco días de intenso trabajo, síntesis de varios años de construcción y, fundamentalmente, de nueve meses de mucha dedicación previa en la planificación y armado de este evento, con base en propuestas específicas que habíamos desarrollado los veinticinco participantes. Ese es un aspecto a destacar: el alto nivel de participación de todos los implicados y la horizontalidad del equipo coordinador.

Paisaje de Castrojeriz, en Burgos, donde se llevó a cabo la Escuela de Verano 2024. 

Los ejes del encuentro

Uno de los objetivos más importantes del evento fue remarcar la importancia del acompañamiento espiritual en la práctica clínica, en entornos de Sufrimiento y en el final de la vida, dado que no se puede desvincular espiritualidad y persona, y esto debe traducirse en el modo en que llevamos a cabo nuestra labor profesional y desempeñamos nuestro rol.

Aun reconociendo el gran progreso de los últimos veinte años (desde la creación del Grupo de Espiritualidad de la SECPAL, de donde surge como expansión internacional nuestro foro), sabemos que el acompañamiento espiritual no constituye aún una práctica sistematizada en los equipos de Cuidados Paliativos, y en la mayoría de ellos no existe una formación específica para esta tarea.

Durante esos días profundizamos el debate y la reflexión sobre nuestro modelo de acompañamiento, sus fundamentos, su aplicabilidad clínica y las actitudes de quienes acompañamos. También, de forma coherente con lo que buscamos enseñar, compartimos distintos tipos de prácticas espirituales, guiadas por miembros del grupo. Personalmente, trabajé mucho en relación a qué competencias debe desarrollar una persona para realizar un acompañamiento lo más adecuado posible a las necesidades de la persona y cómo podemos observarlo, analizarlo y evaluarlo en nuestras propuestas de formación. Se trabajó también en la importancia de sistematizar el acompañamiento e investigar el impacto que tiene no solo en la persona acompañada sino también en la propia persona de quien acompaña. 

A futuro

Como resultado de la Escuela se han proyectado diversas actividades, tanto a nivel universitario (con el futuro Máster en Acompañamiento Espiritual en Clínica, la 4ª edición del Curso Experto en Acompañamiento y una nueva edición del Curso Entender y Atender el Sufrimiento) como a nivel comunitario y dirigidas a organizaciones de voluntarios. Asimismo, se promoverán propuestas cuyo objetivo sea desarrollar el autocuidado del profesional que trabaja con el sufrimiento y líneas de investigación que ofrezcan evidencia sobre el impacto de las propuestas de formación que brindamos, así como el desarrollo de herramientas que faciliten la labor de los clínicos.

Los especialistas en cuidados paliativos, oriundos de siete países diferentes, reunidos en España.

En resumen, esta ha sido una experiencia de aprendizaje, de mucha conexión y con un enorme sentido para mí. Me hace muy feliz compartirlo y sé que a muchos amigos, compañeros y colegas les gustará saber un poco más de lo que fueron esos días.

Para finalizar, simplemente quisiera agradecer mucho esta oportunidad, esta experiencia, que continuó con una rotación en el Hospital La Paz, en Madrid, con el Dr. Javier Barbero, gran maestro para muchos profesionales de la Psicología Paliativa y el estudio de la Espiritualidad, uno de los pioneros en el área. En resumen, esta ha sido una experiencia de aprendizaje, de mucha conexión y con un enorme sentido para mí. Me hace muy feliz compartirlo y sé que a muchos amigos, compañeros y colegas les gustará saber un poco más de lo que fueron esos días.

Volver y poder compartir lo vivenciado durante la Escuela de Verano le añade un plus de felicidad y refuerza el compromiso para que el Acompañamiento Espiritual sea una realidad en la práctica clínica de los equipos que trabajan con el Sufrimiento.

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